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RELACIONES FAMILIARES VS. CONFINAMIENTO

Kenia Carrascal

Estudiante de Octavo Grado I.E.D. Instituto Técnico de Comercio Barranquilla


La emergencia sanitaria por la que está pasando el país y el mundo entero, ha puesto a las familias en una extraordinaria situación: pasar las veinticuatro horas del día juntos, en casa. El confinamiento podría llegar a ser agobiante, pero también una oportunidad para compartir y probar la relación entre los miembros del hogar. Y no es para menos. Son más de 5 meses encerrados en casa y con incertidumbre sobre el futuro. Sin duda, esta realidad nos ha obligado a cambiar drásticamente nuestro estilo de vida.


Dado que somos seres vivos, el cambio, si tenemos suerte, se traduce en adaptación. Es importante entonces, garantizar una sana convivencia mediante diversas actividades. Lo que al principio nos pareció divertido, lo que veíamos como la oportunidad para al fin descansar de la rutina diaria, a muchos se les transformó en calvario con el pasar de los meses. Nos invade la ansiedad y nos preguntamos cuánto tiempo más durará el “régimen”. Nos agobia saber sí alcanzará el dinero para el sustento y aumentan las preocupaciones por la disponibilidad medicinas y alimentos.


"Respetar el espacio individual de cada persona, así como el tiempo que cada uno necesite para llevar a cabo sus actividades, son reglas básicas para enfrentar el confinamiento".

En casa se mezclan los miedos y ansiedades de cada miembro de la familia y se afectan unos a otros. El estrés puede generar irritabilidad. Dado que cada persona enfrenta la situación de una manera distinta, para algunos es de ayuda el mantener una rutina parecida a la que llevaban antes de la pandemia. A otros, les funciona dedicarse a las cosas que solían posponer porque, precisamente, siempre se quejaban de falta de tiempo.


¿Qué hacer entonces? ¿Qué opinan los expertos? Las opciones son variadas y pasan por alternativas como planificar reuniones familiares o charlas diarias que antes, por cuestiones de horario u otras razones, no podían realizarse. Respetar el espacio individual de cada persona, así como el tiempo que cada uno necesite para llevar a cabo sus actividades, son también reglas básicas para enfrentar el confinamiento.


Según el terapeuta y mediador familiar de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), Gregorio Gullón, los jóvenes vivirán también está etapa como los adultos: “con ansiedad, incertidumbre, y muchas veces estos sentimientos los van a expresar a través de enfados, ira o rabia”.


Las rutinas y las normas en el hogar son claves y el concertar horarios es primordial. Lo que nunca se puede perder de vista es la necesaria flexibilidad. Puede aprovecharse también esta oportunidad para recuperar costumbres familiares. Cenas con participación de todos los miembros de la familia o divertirse con los tradicionales juegos de mesa como el parqués o el dominó permitirán a los individuos liberar tensiones e integrarse de manera sana. Incluso, las labores propias del hogar, como la limpieza o la preparación de las comidas, pueden llegar a convertirse en una excusa perfecta para la integración y la demostración de afecto.


En conclusión, podemos afirmar que, si bien todo cambio trae consigo algún tipo de incomodidad producto de salir de nuestra rutinaria zona de confort, no es menos cierto que detrás de esta nueva realidad se esconde la maravillosa posibilidad de crecer individual y colectivamente.

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