Por: Amishaday Rodríguez Rodríguez
Estudiante de noveno Grado en la I.E.D. Instituto Técnico de Comercio Barranquilla
El daño emocional que puede causar la disputa o pelea entre los hermanos y el deterioro que se puede provocar en las relaciones interpersonales, en muchos casos no son por culpa de los hermanos en sí, sino de los familiares que generan discordia entre ellos, ya sea por comparaciones, por preferencias o cosas que se le asemejen. Todas estas situaciones causan problemas emocionales y desavenencias entre los hermanos.
Y es que, en ocasiones, solemos herir a nuestros hermanos sin darnos cuenta del daño tan grande que estamos cometiendo. El problema no está tan solo en lastimarnos unos a otros sino en que poco a poco vamos dañando nuestra relación afectiva y eso provoca mucha afectación en nuestras emociones a largo plazo.
¿Por qué estas discusiones pueden dañar nuestra relación afectiva y emocional?
Estás preguntas son muy complicadas de responder y resolver ya que en una relación entre hermanos puede variar, pero la discusión también depende de muchas cosas, por ejemplo si la discusión es menor o no es considerada tan grave, esto depende da las edades o etapas de la vida ya que si eres un niño, adolescente o adulto va a cambiar el propósito y la intensidad de la discusión.
Un deterioro en la relación entre los hermanos puede llegar a afectar a toda una familia, ya que en el hogar, padre, madre e hijos tienen un conjunto de hilos conectores interrelacionados, que suelen tensionarse o incluso romperse cuando dos miembros del núcleo familiar pelean entre sí. En toda familia, debe primar un ambiente de armonía, paz y amor para que lodos los integrantes puedan ayudarse mutuamente.
¿Pero por qué esto provoca daños emocionales?
En las discordias constantes entre hermanos, pueden salir lastimadas ambas partes, es decir que alguna discusión ya sea verbal o física puede causar o sembrar algún tipo de odio o algún tipo de rencor a largo plazo. Y aunque las relaciones entre los hermanos son diversas, por la diferencia de edades o diferencias en la crianza, es preponderante que los hermanos resuelvan sus conflictos dando siempre paso al retorno de la armonía y el amor , desterrando todo odio y rencor.
¿Cómo podríamos reforzar la relación entre hermanos?
Esta es una de las preguntas más frecuentes y, a veces, la más difícil de contestar, porque cuando el rencor y el odio están sembrados y fundamentados en los corazones de los hermanos, remediar el problema puede ser muy difícil.
Sin embargo, todas estas situaciones se pueden mejorar y superar y, aunque es cierto que a veces lleva tiempo y mucho esfuerzo, es solucionable si empiezan a realizar actividades juntos que les permita fortalecer su unión compartiendo tiempo de calidad. Ir a terapia juntos con un profesional, no debe descartarse, pues la mediación de un tercero puede favorecer el diálogo y mejorar su comunicación.
No debe olvidarse que los padres también pueden jugar un papel importante siempre y cuando no sean ellos mismos el origen de las diferencias.
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