Por: Yaxmary Toyo
Estudiante de Noveno Grado en la I.E.D. Instituto Técnico de Comercio Barranquilla
El amor es como un shot embriagador que deleita los sentidos con su intensidad, pero también puede dejar una sensación agridulce en los labios. Es como un fuego que calienta y conforta el alma, pero también puede consumir y dejar en cenizas todo a su paso. Una montaña rusa emocional que nos impulsa hacia alturas vertiginosas de pasión y nos sumerge en abismos de desesperación.
Es como una apuesta a ciegas donde nos arriesgamos a abrirnos y a quedar vulnerables sabiendo que en ocasiones podemos recibir una puñalada directo en el corazón. Es lanzarnos al vacío sin saber si seremos atrapados o caeremos en picada. A veces amamos con todo nuestro ser, sin reservas ni condiciones, solo para descubrir que el camino del amor está lleno de obstáculos y desafíos.
Amar profundamente implica aceptar que el sufrimiento puede ser parte del viaje, pero también confiar que cada lágrima derramada es una lección aprendida y cada sonrisa compartida es un tesoro preciado. A través del dolor encontramos la fuerza para amar más profundamente y en el amor encontramos un bálsamo que borra las cicatrices de nuestras heridas. Es un refugio seguro donde podemos sanar y renacer.
A veces amar significa dejar ir, liberar a lo que nos aferramos ciegamente. Es como soltar una cometa en el viento, dejándola elevarse hacia el cielo sin ataduras que la sujeten a la tierra. Es un acto de valentía y desapego donde el corazón se convierte en un pájaro que se atreve a volar hacia horizontes desconocidos.
En ese dejar ir encontramos una danza entre el dolor y la liberación, donde el vacío de la separación se llena con una promesa de un nuevo comienzo. Es en esos momentos de despedida cuando descubrimos la verdadera naturaleza del amor, un flujo eterno de dar y recibir, donde el acto de soltar se convierte en el mayor regalo que podemos ofrecernos tanto a nosotros mismos como a los demás.
El amor es un laberinto, un camino tortuoso donde cada paso es una nueva elección. A veces nos perdemos, otras veces encontramos tesoros inesperados. Pero lo importante es seguir caminando, siempre buscando la salida, siempre buscando la felicidad.
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