Por: Sharay Yelen Acosta Consuegra
Estudiante de Noveno Grado en la I.E.D. Instituto Técnico de Comercio Barranquilla
En la penumbra de mis sombras, te encontré,
Sabía que eras nocivo, mas no te solté,
Ansioso por tu calidez, me acerqué a ti,
Un amor adictivo, del que nunca salí.
Oh, tú, maravilla de los dioses brillantes,
Te amé con pasión y anhelante,
Mas mi amor no fue correspondido,
Y una tristeza profunda se hizo nido.
¿Fue insuficiente mi amor desmedido?
Quizás el error en mí está contenido,
Tú, mi sol, hermoso y radiante,
Pero tan nocivo en mi existencia errante.
No debí extender la mano en tu dirección,
No debí caer en tu adicción,
Anhelando que no me abandonaras,
Pero al final, me dejaste en mil lágrimas.
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